martes, 21 de febrero de 2012

Ya se acabó el alboroto y ahora empieza el tiroteo.

       Entramos en la fase represiva de la crisis. La contrarreforma laboral, los recortes de todo tipo, los planes de ajuste…están obligando a algunos colectivos a protestar en la calle, a pesar del miedo con el que tratan de amedrentar a la gente. De ahí que el gobierno del PP se esté preparando para  demostrar que la calle es suya, como en su día lo fue de Fraga. Y para ello, nada mejor que “palo y tente tieso”. Que los estudiantes valencianos protestan porque no tienen calefacción en las aulas pues nada se les calienta rápidamente con una buena tunda de porras y punto pelota. Que los indignados ocupan las plazas públicas pues se les intimida y se les echa como a perros sarnosos. Y aquí no pasa nada como no ha pasado nada en Grecia a pesar del machacamiento continuo al que los griegos están sometidos desde el comienzo de la crisis. Hay que combatir al enemigo con todas las armas posibles. Y que no falte la munición ni los recambios. Por eso, el siguiente dato resulta muy revelador: "La multinacional Falken ha ganado el contrato de suministro al gobierno español de gases lacrimógenos y bombas de humo, por valor de 1.488.570 euros, según publicó el Boletín Oficial del Estado del pasado 31 de diciembre. En 2007, por el mismo concepto, el Estado español se gastó 143.750 euros, menos de la décima parte".
        El gas lacrimógeno es un arma química que ataca los nervios de la córnea de los ojos. Su adquisición masiva es una señal inequívoca de la represión que se nos viene encima.